martes, 25 de septiembre de 2012

ZOILO, BARRANQUILLO DE DON (LAS PALMAS DE GC)

Topónimo con el que se conoce el pequeño barrio que surge en las primera mitad del siglo XX, en las márgenes de la cuenca media del antiguo barranquillo de Santa Catalina por donde bajaban las aguas de las lomas de Las Escaleritas.

Vista (Google earth)
Despoblado durante siglos el conocido en la antigüedad como barranquillo de Santa Catalina si no pasaba desapercibido para la población, lo era porque conformaba la divisoria entre las antiguas Huertas de Triana "por fuera de la Portada" y los arenales que había que cruzar para llegar al Puerto de Las Isletas.

Barranquillo Santa Catalina 1900 (Da Luz Perestrello - Fedac)
Encajados en las lomas centrales desde Las Rehoyas y los lomos de Guanarteme, discurrían varios barranquillos: de Mata, de Santa Catalinade La Cantera que se unía al barranco del Carbón que desaguaba en El Confital. Por allá de los Arenales desembocaba el barranco de San Lorenzo, en la actualidad de La Ballena que recibía las aguas de su tributario el barranquillo de Las Borrera, y por allá de Las Arenas y de las lomas de Guanarteme, el gran barranco homónimo que aguas arriba dicen de Tamaraceite.

El cauce en 1900 (Charles Medrington  - Fedac)
Era esta toda la red que de forma natural drenaban las aguas de lluvias de las lomas altas de Las Palmas, y posiblemente una de las pocas pequeñas cuencas que propició una singular por escasa vegetación entre el arenal y el pedregal que daba paso al istmo, fue precisamente el barranquillo de Santa Catalina.

Barranquillo de Santa Catalina en 1925 (Fedac)
Su fisonomía como barranco o barranquillo se puede apreciar en planos antiguos como el del ingeniero militar Luis Marqueli (1792), o el del capitán de ingenieros Francisco Coello (1849). En ninguno de ellos se menciona este barranquillo con nombre alguno, aunque sí aparece el de la ermita de Santa Catalina de los mallorquines, que en adelante se encontrará siempre cercana a este lugar.

Las primeras casas (La Provincia)
Aparece ya bastante definido en los planos de los arquitectos Luis López Echegarreta (1883), de Laureano Arroyo (1898) y de Fernando Navarro (1911),  bajo la leyenda toponímica de barranquillo de Santa Catalina, destacándose como uno de los accidentes geográficos más característicos de aquella zona de la Ciudad en la segunda mitad del siglo XIX.

Primeras actuaciones urbanísticas en el barranquillo (La Provincia)
Este todavía barranquillo de Santa Catalina permitía ubicar las fincas y terrenos de cultivos que se habían trazado entre la franja costera de arenales y el pie de las laderas o riscos, que, a medida que la ciudad se ensanchaba por el barrio de Arenales, adquirían el nombre de Huertas de Santa Catalina

Vista de 1980 (La Provincia)
Estas huertas comenzaban en los conocidos Jardines de Lugo, la finca de Eduardo Lugo, donde se cultivaba la flora más dispar y se criaban animales de todo tipo. Fueron famosas las fiestas que se daban en ellas, en especial por carnavales.

En las primeras décadas del siglo XX se hará muy popular el canónigo de la Catedral de Canarias el majorero  Zoilo Padrón de la Torre, que según algunas fuentes fue  muy reconocido por sus coetáneos.

Las renovadas casas (Yaiza Socorro - La Provincia)
Era propietario de una casa y una finca en los terrenos próximos al barranquillo, que era frecuentada por familiares y amigos para disfrutar de agradables almuerzos y jornadas de recreo. Permitió que en las márgenes del barranquillo se asentaran familias de inmigrantes majoreros con pequeños rebaños de cabras, quienes fueron levantando pequeñas habitaciones que con el paso de los años se convirtieron en viviendas estables.

Las barranqueras del barranquillo

Lluvias en noviembre de 2009

(Efemérides Meteorológicas Canarias)
El presbítero Zoilo Padrón debió haber sido un curioso emprendedor, pues en los años 90 del siglo XIX tuvo también un establecimiento de enseñanza en Las Palmas que ofertaba lecciones de clase de gimnasia a toda clase de alumnos, pertenecieran o no al referido centro, circunstancia totalmente innovadora para aquellos tiempos en que estas materias se consideraban "de adorno" (BETANCOR LEÓN,  M. Y ALMEIDA AGUIAR, A.: "Anotaciones a la historia de la educación física y el deporte en Canarias en el siglo XIX", Boletín Millares Carlo nº 19, 1999).
 
A finales de la década de los años treinta del pasado siglo, pocos años después del fallecimiento de Zoilo Padrón el 18 de noviembre de 1934, dado el desarrollo que ya se apreciaba en este enclave urbano «...donde se están construyendo unas modestas casas de obreros...», se adoptaron normas urbanísticas para regular la construcción.

"Don Zoilo" fue recordado por la mayoría de aquellas primeras familias que se asentaron en este barrio, muchos procedentes de su isla natal Fuerteventura que venían ya conociendo que en Gran Canaria el canónigo les ofrecía la posibilidad de asentarse en estos terrenos.

Aún cuando se reguló la construcción alineando las casas en los bordes del barranquillo, pasaron muchos años en que tuvieron que soportar las grandes escorrentías que arrastraban piedras y barro cuando se producán las cíclicas grandes lluvias que caen sobre Las Palmas de Gran Canaria.

Vista actual (Juan Carlos Castro - La Provincia)
En la actualidad el barranquillo ha sido canalizado y se ha convertido en una vía de comunicación entre la Ciudad Alta y la Ciudad Baja. En sus márgenes, aún subsisten aquellas primeras casas de principios de siglo que permitió el canónigo y que han ido siendo mejoradas por sus moradores, ya propietarios.

También se tuvo que rediseñar el subsuelo de la calle de Obispo Romo que estranguló el cauce natural del barranquillo en su parte superior y amenazó desplome.




Localización (Espacios Naturales de Gran Canaria)

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