jueves, 3 de mayo de 2012

CASAS DEL CAMINO (AGAETE)

El antiguo camino de canarios (hachePH)
Es necesaria una explicación previa para entender el significado y localización de este topónimo. El «Camino Real de Gáldar» que discurría por el Norte de la Isla, calificado de Real por ser propiedad del Rey que representaba al Estado, salía de la Ciudad, discurría por Tamaraceite, y pasando por Tenoya, El Portichuelo, Trasmontaña, Cruz de Pineda, Bañaderos, San Andrés, San Felipe y Guía, llegaba a su destino de Gáldar.

A partir de esta última población, se convertía en Camino de Herradura hasta Agaete, de aspecto parecido a los «reales». Comunicaba los principales enclaves agrícolas con los núcleos de población entonces secundarios, que se empedraban para facilitar el tránsito de los animales de carga.

En Agaete se dividía en dos caminos menores o veredas. Uno de ellos, el del interior, saliendo de Agaete llegaba a Artenara y Tejeda. El otro, el de la costa, llegaba hasta El Risco, subía a Tirma para luego llegar a la Aldea de San Nicolás.

Este topónimo surge y recibe su nombre por las casas que se encuentran en ese camino del interior, en el tramo comprendido entre el Valle de San Pedro y Los Berrazales (GC-231). Parte de él se conserva como camino y el resto ha sido asfaltado en los tramos en que coincide con distintas carreteras.

Vista del Valle de San Pedro (J. A. Jiménez Dámaso)
Y no se trata de un camino posterior a la conquista de la isla, pues ya había sido andado por los aborígenes canarios, como queda documentado en una petición de tierras realizada por Sebastián del Hierro el 20 de marzo de 1522 al Consejo General, cuando dice: «... un pedaço de tierras de sequero que es en el barranco de Facarcaz termino de Galdar en que puede aver un caiz a medio de tierra poco mas o menos con una queva que esta junto a las quevas de Juan Gonçalez Carnero que alyndan de la una parte las dichas tierras de la parte de arriba con el camino Real que va a las cuevas del dicho Juan Gonçalez e por la parte de abaxo el camino viejo de canarios que va al Agaete e estan desaprobechadas e llenas de mucho monte ...».

El camino seguía hacia el pago de El Sao y a partir de ahí por una vereda o sendero a El Hornillo, ambosconstruidos en los riscos y caideros que cuelgan sobre el valle. Desde este último, con bancales de cultivo construidos en el risco, asciende pasando por lugares donde sus nombres custodian muchas historias de ayer como Barranco Hondo, Barranco de Lugarejos, Cruz de las Mentiras, Lomo de las Pilas, Cruz de Cazadores, Barranco de Las Cuevas, Lomo de la Eretilla, Barranco de Chajunco y Degollada del Puerto, para terminar en la carretera de Tamadaba a Artenara (GC-216 y GC-210).

Hoy es un típico recorrido de senderistas, en sentido descendente para los menos atrevidos, en el que se pueden contemplar, además del bello paisaje del Valle, el centro locero de Lugarejos y antiguas ermitas.
Alpendres (hachePH)
El caserío de las Casas del Camino, algo confundido con el crecimiento de San Pedro, era  como la meta de salida del camino del esfuerzo humano en la antigüedad para que los pueblos del Norte de la Isla se acercaran a los de la meseta central, y siguen ahí para perdurar la necesidad de las comunicaciones. En su contorno hoy se cultiva ese especial café de la antigua variedad Typica, a la sombra de naranjos, mangos, guayabos y aguacates como manifiestan sus cultivadores, que le da un aroma y sabor exclusivo.

Localización (Espacios Naturales Gran Canaria)

miércoles, 2 de mayo de 2012

CASARES, VALLE DE (TELDE)

Topónimo se localiza en un pequeño caserío al que se llega por la carretera GC-803 de acceso a Las Gavias, desde el barrio de La Solana en la carretera GC-810 de la Higuera Canaria a Valsequillo por San Roque.

Este caserío, que en la actualidad ha perdido entidad, fue lugar muy nombrado desde los primeros años de la Conquista. Juan Inglés apodado «el Viejo» referiéndose al conquistador, en 1537 otorga testamento en el que destaca la fundación de una capellanía que cuenta entre sus propiedades con tierras y agua en el «Valle de Joan Casares».

Estanque cueva (Fedac)
A partir de aquí, algunas fuentes sostienen que su nombre se debe al también conquistador Juan Casares, que obtuvo tierras en el lugar. El apellido Casares está presente en la conquista de Canarias, pues Juan Tello Xuárez, Regidor perpetuo de Gran Canaria, casó con María de Casares y Calderín, matrimonio del que nació Francisco Xuárez Tello, capitán, que se casaría con Juana Van de Walle y Maroto.

Las familias Tello y Casares entroncaron con los Castillo, sucesores de Juan Inglés, quienes establecieron un vínculo con algunas de sus propiedades conocido como el «Vínculo de Casares», que fue fundado el 18 de noviembre de 1580 por Juan Suárez Tello y Francisca Hernández, vecinos de Telde, que pasó a su hijo Antón Suárez Tello.

La compleja división municipal contorneada (Espacios Naturales Gran Canaria)
Como se ha dicho, en el siglo XVII el Valle de Casares tenía mayor entidad y tamaño que el que actualmente conocemos, ya que en este siglo se consideraba que su extensión iba desde la actual Higuera Canaria hasta la cumbre o el Valle de Oreste. Con posterioridad algunos de los vecinos rechazaron quedar incluidos en la parroquia de Valsequillo, dividiéndose el territorio del Valle de Casares al constituirse Valsequillo en Ayuntamiento independiente al de Telde, dibujando una punta de territorio que aprovechando la frontera natural Sur del Lomo del Camello, se adentró entre la Vega de Santa Brígida y el nuevo ayuntamiento de Valsequillo hasta el poniente, para mantener todo el valle bajo la jurisdicción administrativa teldense.

El vínculo de Cristóbal Ignacio Castrillo, capitán de Infantería, y Ana Hernández de Quintana, fundado el 30 de agosto de 1765, incluía también distintas propiedades en el lugar, con una ermita bajo la advocación de María y José en su hacienda, como así hicieron constar: «Patronato de la ermita de los Santos Desposorios de María y Jose que han fabricado de nuevo en la hacienda del Valle de Casares en la que está colocado un cuadro grande de dichos Desposorios con su marco dorado y demás ornamentos de la ermita».

Panorámica (Google earth)
También incluyen las diecinueve fanegas de tierras productivas en dos pedazos que habían comprado: «Hacienda del Valle de Casares plantada de viña, vidueño malvasía, olivar y otros frutales con ocho días y ocho noches de agua y derecho de albercón del Heredamiento del Valle de Casares. En ella fabricaron casas, bodegas, lagar y molino e ingenio de aceite. Y hacienda frente a la anterior plantada de viña, vidueño, malvasía, olivar y otros frutales con once días y sus noches de agua y derecho de albercón del barranquillo de Juan Inglés».

La titularidad de las tierras cambia con las leyes de Desamortización, y es Andrés Cabrera León, escribano y rematador de la hacienda del Valle de Casares, de los bienes vinculados de la capellanía de Juan Inglés, quien se otorga asímismo escritura de propiedad el 28 de febrero de 1805; poco después hace una declaración el 18 de mayo de 1808, manifestando que el remate lo hizo por encargo y con dinero de Julián Perdomo, capellán real, quien la estaba poseyendo desde el momento del remate.

Localización (Espacios Naturales Gran Canaria)


CARRIZAL, EL (TEJEDA)

Actualización 13-mar-2016
Antiguo topónimo genérico debido a la existencia de carrizos, la caña común (Arundo donax), para un lugar situado cerca de la Degollada Honda, donde se ubica el caserío tradicional con muy pocas casas, prácticamente colgadas del risco con un gran encanto, al que se llega por la carretera de Acceso al Carrizal de Tejeda (GC-606), y comunicado con la Aldea de San Nicolás a través de la conocida carretera de Tejeda-San Nicolas (GC-210), conocida como de Las Presas, que enlaza junto a la Presa del Parralillo.

El caserío (Eliú Pérez)
Allí encontramos tres topónimos alusivos al mismo fito-topónimo: el dicho lugar de Carrizal, el barranco del Carrizal que discurre por el lugar y la Mesa del Carrizal.

Las distintas comunicaciones con el noroeste de la isla, aunque algo difíciles en su tránsito, ya propiciaron que, en el año 1656, el capitán Alonso Imperial, alcalde real de Agaete y rentista de la zona, tuviera cuevas de morada en el cortijo del Carrizal de Tejeda, de las que posiblemente obtenía sus censos.

Su sorprendente vegetación (Daniel Verde)
Dos siglos después, otro vecino de Agaete adquiere tierras en el lugar, según se desprende de la escritura de 19 de julio de 1850, en la que Ana Mª Charboniers, vecina de Las Palmas, vende a Francisco Armas Reina, de Agaete, dos fanegas consistentes en «Dos suertes labradías y “arrifes” unidas con dos horas de agua, un día y una noche, del Heredamiento de Arriba del Carrizal, en El Carrizal de Tejeda», que habían pertenecido a la capellanía que Antonio Tapia fundó por escritura de 9 de septiembre de 1687.

Localización (IDE Gran Canaria)

CARRIZAL, EL (INGENIO)

Según la versión más completa, heredada y transmitida de los antepasados del lugar, se sitúan sus orígenes en los inicios del s. XVII. Esta loma costera recibió su nombre por la flor a la que llamaban «carrizo», flor que es la del cañaveral y que llenaba todo el barranco de Guayadeque que en ocasiones era imposible cruzar.

Heno blanco (floradecanarias-com)
Aquellos inmensos cañaverales se debían a la abundante agua de muchos nacientes y fuentes que discurrían barranco abajo hasta su desembocadura en el mar, cercano a la actual playa del Burrero y las salinas de Vargas.

Los cañaverales no son las plantaciones de la «caña de azúcar», como eran llamadas en aquella época. Estos pertenecen a la familia de las gramíneas dentro del orden de las glumiflora. Al despuntar el cogollo o flor de la planta, la denominaron carrizo, de donde surgió el nombre de este populoso barrio, al que se llamó Carrizal por la abundancia de carrizos.

Aunque hoy en día vulgarmente se llama carrizo a la  Phragmites australis, esta es una especie introducida con posterioridad; hay otras especies que por su porte y flor podrían así llamarse que se dan en las Islas. Desechando también el Holcus lanatus, que es conocido como Heno blanco, habría que entender que lo entonces llamado carrizo es la muy abundante caña común (Arundo donax) que crece en los barrancos y zonas húmedas como es Guayadeque.

En los primeros años tras la Conquista se llegó a creer que en el lugar no sólo habían cañizos, y la sorprendente noticia de la existencia de "plata" llegó a la Corona, muy necesitada de metales preciosos para el pago de las tropas en los diferentes frentes abiertos: « 1499 Noviembre 8. Granada. Orden al ldo. Diego Hernández de Valera, juez pesquisidor de Gran Canaria, para que informe sobre la aparición de plata en el Carrizal, que fue comunicada al rey por Lope Sánchez de Valenzuela, gobernador de dicha isla. El Rey y la Reina » (AZNAR VALLEJO, E.: Documentos canarios Registro General del Sello (1476-1517), Sta. Cruz de Tenerife, 1981).
Caña común (floradecanarias-com)

El origen del topónimo está documentado desde muy antiguo. Está documentada una gran propiedad de Juan Bautista Espino Peloz, Licenciado y Canónigo doctoral de la Catedral, que en su testamento de 27 de abril de 1616, al fundar una capellanía, entre sus bienes vinculados incluye ciento quince fanegas y dos celemines de su «Hacienda en el Carrizal de Ingenio, y dos días y tres noches de agua del Heredamiento del Carrizal», fijando una pensión de cuatro misas rezadas semanales con responso. 

Se menciona otro topónimo del lugar por el capitán Juan Matos y María González, en su patronato fundado el 26 de julio de 1680, al que se agregaron otros bienes por sus poseedores en los años 1714, 1719 y 1730. Dice poseer una fanega y siete celemines de «Cercado de tierra labradía, “arrifes” y riscos denominado el Seminario, en el Carrizal».

Ya desde el siglo XVIII, las tierras que abarcaba el topónimo alcanzan una superficie mayor que la quedenomina en la actualidad, alcanzando por el Norte Las Majoreras y la Mar Pequeña, por el Este Balos, y por el Sur hasta Las Rosas, como puede apreciarse por distintos documentos de propiedad, como la escritura de 7 de agosto de 1746, de Francisco Miguel Montesdeoca Cabrejas, que dice ser propietario de distintas tierras en el lugar y vincula el topónimo a otros, como puede apreciarse: «Heredad de tierras en el Carrizal denominada “La Laguna de Balos”; Suerte de tierra en el Carrizal denominada “La Florida”; y Tierras en el Carrizal denominadas Mar Pequeña».

En dirección Sur, lo documenta Luis Aguiar Espina, Sargento General de Batalla y Gobernador de Newport, Condado de Flandes, que en escritura de 10 de noviembre de 1701 dice tener «un cercado de riego con un día y cuatro horas de agua del heredamiento de la Mina del Carrizal, en Las Rosas del Carrizal».
Antiguo molino de gofio (Fedac)
En los siguientes siglos ya aparece en los protocolos públicos, como en la división el 30 de abril de 1869 del patronato de Lucrecia Espino Peloz, cuando se incluye su «Hacienda de regadío y frutales denominado El Carrizo, con 2 casas de labor y alpende», de siete fanegas y cinco celemines, si bien las distingue de las que están en la lomada y dice de seis fanegas más que son una «Suerte de “secano” en el Lomo del Carrizal».

Con la desamortización de los bienes eclesiásticos, salieron a remate muchas horas de agua del heredamiento y mina del Carrizal, que siglos atrás habían sido donadas al Curato del Sagrario de la Catedral, a la Cofradía de Las Ánimas del Carrizal, a la ermita del Buen Suceso del Carrizal de Agüimes y a la fábrica parroquial de Agüimes.


Localización (Espacios Naturales Gran Canaria)

CARRIÓN, EL (TELDE)

Topónimo que se encuentra dentro del ámbito que en la antigüedad era conocido por Valle de los Nueve, en el extremo más occidental, situado entre Lomo Magullo y El Barrillo. Guarda relación con  con el mismo topónimo en Ingenio y en concreto con el conquistador Francisco Carrión, a quien se le rotuló una calle en el barrio de Jinámar.

Fue uno de los primeros Mayordomos de la Ermita de la Inmaculada Concepción en Jinámar, junto a la calle rotulada, quien obtuvo los fondos para su reconstrucción después de su ruina por temporales de lluvias, obra que fue concluida tras su muerte con los censos de su capellanía. Fue sepultado en el interior de la Basílica San Juan Bautista junto al capitán Cristóbal García del Castillo.

Presas (Fedac)
Francisco Carrión fue uno de los participantes en la conquista que obtuvo datas de tierras en Telde e Ingenio posiblemente en pago de sus servicios durante la misma, al igual que otros muchos casos que se dieron en los siglos XV y XVI.


«Francisco de Carrión, oriundo de Burgos, se nos presenta como el arquetipo del caballero e hidalgo castellano: de arraigada fe católica, entereza de ánimo, claro juicio y bizarría. Supo unir a su acusada personalidad espiritual y de hombría de bien su probado valor y heroísmo. Recién terminada la Conquista se asentó en la Ciudad de Telde al frente de las tierras que le fueron concedidas por el Gobernador de la Isla. La magnitud de su opulencia, fisonomía espiritual, corazón dadivoso y demás acrisoladas virtudes, ornato de su encopetada personalidad, resplandece a través de su testamento otorgado en Las Palmas a 22 de Mayo de 1.527, ante el Escribano Hernando de Padilla.

Pruebas evidentes de la arraigada fé que sentía sinceramente y de su devoción a la Virgen María son los siguientes párrafos del expresado testamento: "...suplico a la benditísima Virgen María Ntra. Sra. sea rogadora a su hijo precioso por mi pecador para que perdone mis pecados y ello me dé su gracia para que éste mi testamento y en todos los días de mi vida diga e haga tales cosas perdón de merezca ir a la Gloria..." » (JIMÉNEZ SÁNCHEZ, S.: Primeros repartimientos de tierras y aguas en Gran Canaria, Las Palmas de GC, 1940).

Localización (Recursos Naturales Gran Canaria)

CARRIÓN, EL (INGENIO)

El topónimo corresponde a un lugar también conocido como Lomo Carrión situado al Sur del casco de Ingenio, recibió su nombre por corresponder estas tierras a la propiedad de Francisco Carrión, quien fundó una capellanía. Posiblemente se trate del conquistador enterrado en la Basílica de San Juan de Telde, a quien se le ha dedicado una calle en Jinámar por la reconstrucción de su ermita, existiendo además otro topónimo en Telde.

Aunque algunas fuentes sostienen que se llamaba Juan Carrión, no parece correcto pues no se conocen conquistadores con tal nombre, ni descendiente de Francisco Carrión que no dejó descendientes y la capellanía figuraba a nombre de este último. Se da la circunstancia de que es una de las dos capellanías cuyos bienes fueron declarados «bienes mostrencos», que no tenían dueño conocido en el momento de la aplicación de las Leyes de Desamortización en la segunda mitad del siglo XIX. Fueron aplicados al Estado, porque no fueron reclamados por nadie, y por tanto quedaban sujetas a su enajenación por subasta, al igual que el resto de bienes pertenecientes al clero.

Cantonera (Fedac)
La capellanía de Francisco Carrión fundada en su testamento de 22 de mayo de 1527, se adjudicó al Estado el 10 de junio de 1835 y sus bienes se pusieron a la venta por Real Orden de 13 de noviembre de 1844. Las tierras que incluía en el lugar eran «Dos y media suertes de tierra con dos días de agua en La Vega Mayor de Agüimes».

Localización (Espacios Naturales Gran Canaria)

martes, 1 de mayo de 2012

CARRIL, EL (ARUCAS)

Actualización: 2013/03/02
Este pequeño caserío, en la margen izquierda de la carretera de acceso a Arucas desde la Autopista del Norte (GC-020), frente a Trasmontaña y muy cerca de la rotonda en el lugar de acceso a Montaña de Cardones (GC-301), después de pasar por El Lomito.
Vista de 1988 (Arucas Etnográfica)
Próximo a este lugar se encontraron vestigios aborígenes, concretamente un ídolo zoomorfo, que en opinión del desaparecido Comisario de Patrimonio Sebastián Jiménez Sánchezcon representa un cabeza de perro, representando a la divinidad menor Gaviot, denominado "tibicena", diverso material lítico (morteros y recipientes), cerámica variada y sellos-pintaderas de múltiples formas. El catedrático de Arqueología de la ULL Antonio Tejera Gaspar sostiene que podría tratarse en realidad de la representación de un suido, tal vez de un cochino asilvestrado o guanil, más que de un perro. Los «tibicenas», sostienen algunas fuentes, eran espíritus demoníacos con forma de perros lanudos que a veces los guanches relataban que salían del mar.

Los aborígenes también creían en seres maléficos y en fuerzas negativas que se manifestaban en este perro lanudo que atacaba a la gente o a sus animales, y que solía aparecer, de noche o de día, de improviso. Para evitar este temor y como adoración, les ofrecían dádivas de comida y miel en las grietas elevadas del suelo, donde vivían estos cánidos altivos. La creencia en los tibicenas estaba extendida entre los aborígenes de casi todas las islas, sobre todo en Tenerife y Gran Canaria.

Ídolo encontrado en El Carril (Patrimonio Ayto Arucas)
Así, Gómez Escudero decía «… Muchas i frequentes veses se les aparecía el demonio en forma de perro mui grande i lanudo de noche i de día i en otras varias formas que llamaban Tibisenas…»

Posteriormente, el ingeniero cremonés Leonardo Torriani volvía a citar a los tibicenas, pero aportando más información al respecto «…Entre estos canarios hubo hombres valentísimos en la guerra. Uno de ellos se llamaba Atazaicate, que quiere decir “animoso” y de “gran corazón”; pero, por ser feo, las mujeres les decían Atabicenen, es decir, “salvaje” o “perro lanudo”; porque Tabicena en su lengua significa “perro”; de donde algunos han pensado que antiguamente entre estos canarios la isla se haya llamado Tebicena, que significaría lo mismo que Canaria…».
Panorámica (Eliú Pérez)
Según algunas fuentes sin documentar debe su nombre a los rieles de las vagonetas dedicadas a las tareas agrícolas e industriales en 1891, utilizadas por el importante ingenio azucarero allí establecido que revitalizó la comarca que fue propiedad de la familia Del Toro.


No obstante, el cronista Pablo P. Jesús Vélez-Quesada sostiene que en 1780 ya estaban arraigados los topónimos de El Carril y de El Hornillo, caseríos próximos entre sí en el camino real de herradura que conectaba el Camino Real de Gáldar con Arucas, como pudo apreciar en el testamento de Andrés Marrero.

Curiosa cantonera circular (Fedac)
Esta última teoría está más documentada, pues aparece también el topónimo en otros protocolos: en el testamento de Juan González Travieso, Familiar del Sto. Oficio de la Inquisición, y de su mujer Ana Suárez Fleitas, que el 8 de abril de 1763 cuando constituyen un patronato vinculan un cercado labradío en el Carril de cinco fanegas; y otro de Ambrosia Déniz, viuda de Eugenio Hernández de ese mismo siglo.

Puede que sea por tanto un antro-topónimo, pues el apellido Carril figura en la obra Heráldica de los apellidos canarios de Lino Chaparro D`Acosta. Se da la circunstancia que fueron familias de las islas quienes fundaron San Antonio de Texas, y entre la milicia secesionista de los colonos texanos que defendieron El Álamo contra el ejército Mexicano de Santa Ana en 1836, habían algunos con este apellido Carril.




Localización (Espacios Naturales Gran Canaria)




CARRETERÍA (MOYA)

Las primeras noticias ciertas que se tienen del lugar son del 30 de mayo de 1612, de cuando el regidor Gil de Quesada dotaba la Casa de la Carretería para la creación de un convento dominico en Moya, casa que había heredado de su padre Jerónimo Viñol quien la había comprado a Alonso de Mendoza. El convento, que debería estar dotado con dos frailes, no llegó a fundarse, por lo que la casa probablemente volvió a ser propiedad del regidor.

El Diccionario de la Real Academia Española cita una acepción de este vocablo de carretería: «Lugar donde antiguamente pernoctaban al aire libre las carretas de transporte, en los arrabales o afueras de una población».

Prescindimos de que estuviera en los arrabales de la población de Moya, aunque en la actualidad se cumpla tal condición, y nos detenemos en su ubicación en la proyección natural del Lomo de Don Julián, un lomo por el que se accede directamente a Doramas. Es el fácil acceso a la antigua Montaña de Doramas que hoy encontramos por la carretera de Fontanales (GC-160), una de las puertas de entrada al bosque, argumentarían suficientemente una página de la historia del acarreo de leña procedente de la montaña hacia la costa para su transporte por mar y para los ingenios azucareros.

Nos sugiere que tanto bajo las calles asfaltadas de hoy y de los tramos no asfaltados, en dirección a la Carretera de Fontanales, se encuentran antiguos caminos, conocidos como "a San Fernando", "de la Zarza Gorda", "de la Josefa", "de Doramas" y otros más, que nos trazan las huellas del trasiego de las carretas de las leñas para los ingenios azucareros y de los arrastres de los pesados troncos. Más de quince ingenios azucareros se instalaron en la zona norte de la isla, y todos se abastecían, para su funcionamiento, de la madera proveniente del Montaña de Doramas.

Tanta leña consumían aquellas tareas de cocción que para la elaboración de la caña de azúcar hacían falta grandes cantidades. Esta había de ser cortada y transportada desde la Montaña hasta el lugar de su elaboración. Cuando «un señor de ingenio» compraba la leña, tenía que pensar en el transporte. Entonces aparecía la figura del «almocrebe», dueño de varios animales de carga y jefe de los correspondientes arrieros. Las modalidades de los contratos de transporte de leña o de caña son diversas. Hay quien fija el precio de cada carga en una cierta cantidad de maravedíes. Otros piden un real de plata por bestia y día.

Fotografía de Nacho González
Varios contratos de las primeras décadas del siglo XVI hablan de transporte de leña para el consumo de los ingenios, de tala de árboles en la montaña de Doramas, de acarretos de madera para la construcción de edificios y transporte de madera a puntos costeros. 

Cuando el negocio de los ingenios decayó, la tala de árboles y su aprovechamiento respondieron a las exigencias de los nuevos asentamientos urbanos, en lo que se refiere a contar con materiales para la construcción de viviendas y de edificios públicos, muebles y utensilios de uso agrícola, carretas, etc. A ello se unió la pequeña construcción y reparación de embarcaciones.  El pinar también tuvo un intenso aprovechamiento: se talaba para obtener carbón (carboneo).

Existe una curiosa mención documental en el deslinde hecho en Doramas por el Corregidor Santa y Arizaen el siglo XVIII. Antonio del Pino, natural de Moya, tenía veinte celemines en el pago de Grieta y Caidero de Doramas, y una fanegada y nueve celemines en la Carretería, de las que resultó ser usurpador, así llamado el ocupante clandestino, teniendo como base la proximidad de sus propiedades a la Montaña. Es curiosa e importante la utilización del artículo determinado cuando se menciona Carretería, dándose a entender que es más un lugar de oficios que de asentamientos humanos, aun cuando esté probada la existencia de alguna hacienda aislada, como se ha visto al principio, así como su total «proximidad» a la Montaña de Doramas en aquel siglo.

Puente del barranco de Pajarito (Fedac)
Pero posiblemente, en los primeros tiempos de la Conquista, allá por los siglos XV y XVI, la estratégica situación del lugar, el actual barrio, junto a la entrada al bosque de Doramas y próximo al barranco de Pajarito, donde eran ajorrados los troncos y luego tumbados en la margen naciente del barranco; eran purgados durante un tiempo para luego ser puestos sobre el barranco cuando llevaba agua en esos pequeños meandros que construyeron para remansar las aguas e iniciar su transporte ayudado por los gancheros.

Aguas abajo, a partir de El Lance, será el barranco de Los Dragos y después del Pagador comportarían facilitarían el mayor negocio maderero, con transporte por las mansas aguas de este barranco, que pudo haber promovido el protegido y beneficiado Marquesado de Moya, con negocios similares en la España de los Reyes Católicos que tanto los favoreció con prebendas. Sería esta la única razón que justificara la probada vinculación del topónimo de la villa con este marquesado con negocios de exportación de la madera noble de viñatigos, palo blanco y barbuzano, que se mantenían en secreto para que no afectaran al buen nombre de la Corona por las envidias y quejas de otros nobles de cuna que se cuentan en las crónicas.

Localización (Espacios Naturales Gran Canaria)



CARREÑAS, LAS (VALSEQUILLO)

Antiguo topónimo correspondiente a un asentamiento poblacional situado en las márgenes de la carretera de Telde a San Mateo (GC-041) a su paso por Valsequillo, entre el barrio de La Barrera al naciente y los Llanos del Conde al poniente, donde también se ha desarrollado en los últimos años un pequeño polígono industrial.

Según el desaparecido cronista Jacinto Suárez Martel, el nombre de este lugar tiene su origen en el asturiano afincado Diego Suárez Carreño, que se supone obtuvo tierras en los repartimientos tras la conquista. Estas tierras las heredaron luego sus hermanas y de ahí que se las conozca en género femenino y en plural. Siguiendo la costumbre del Antiguo Régimen cuando se daban coincidencias de personas homónimas, este segundo apellido es su lugar de origen, que no es otro que el Concejo de Carreño en Asturias.

Alpendre (Fedac)
El topónimo ha perdurado durante siglos, como se aprecia en la fundación el 7 de septiembre de 1765 del patronato del matrimonio de Francisco Carvajal Aguilar, Regidor, y Bernarda Manuela de Matos Coronado, que incluyen entre los bienes vinculados al mismo una «Suerte de cuatro fanegas labradía de “secano” en las Carreñas (Valsequillo)».

Localización (Espacios Naturles Gran Canaria)

CARPINTERAS (VALLESECO)

Este topónimo se encuentra con otros pequeños junto a la carretera de acceso a los mismos (GC-307) que se inicia en el Zumacal, a la que se llega desde la carretera de Firgas a La Laguna de Valleseco (GC-030).

Este conjunto de caseríos se encuentran alineados entre el Lomo del Quemado al naciente, y el Lomo de la Umbría o del Gallego al poniente, en un territorio que presume de un microclima singular de las medianías con relativa abundancia de aguas y humedad en un entorno orográfico de pequeños barranquillos tributarios del barranco de la Virgen.

Desde lo alto se divisa una multitud de casitas que se dispersan por todo el barranco de Carpinteras, que más adelante va a desembocar en el del Rapador por el Caidero de los Levantiscos, salto con una caída de más de cincuenta metros.

Fuente El Caracol (Fedac)
Según algunas fuentes el topónimo tiene su origen en la existencia con anterioridad al siglo XVIII de algunas carpinterías en la zona. El topónimo está documentado y es mencionada en la escritura de 7 de septiembre de 1765 del Regidor Francisco Carvajal Aguilar y Bernarda Manuela de Matos Coronado cuando declaran la propiedad de doce fanegas de un «Cortijo con sus huertas de árboles frutales y casas de moradas nuevas y reedificadas en las Carpinteras permutadas por una Hacienda labradía en el Tabuco de Valleseco».

La expresión utilizada en la mencionada escritura de "tabuco" hace referencia a las pequeñas y estrechas cuevas horadas que son utilizadas como casas de aparejos y alpendres, algunas de las cuales todavía se conservan por el lugar.

Localización (Espacios Naturales Gran Canaria)