martes, 15 de mayo de 2012

CUASQUÍAS (TEJEDA)

Actualización: 2014/04/08
Este topónimo corresponde a un antiguo poblado troglodita, de casas-cueva, por encima de la carretera que lleva a La Culata de Tejeda. Existe otro topónimo igual en Valsequillo, cerca de El Rincón, aunque se desconoce si existe vinculación de este pago de Valsequillo con el de Tejeda.Su nombre procede de «Cuevas Caídas», topónimo que se alterna o converge con su derivado.

Según Claudio de la Torre Millares (1895-1973) en su obra Las Canarias Orientales: Gran Canaria, Lanzarote y Fuerteventura (Vitoria, 1966), su población estaba formada por gentes que llamaban colingos, de piel oscura, posiblemente descendiente de la etnia gitana. Otras fuentes los califican además como «gente rara», posiblemente por sus costumbres y su especial dialecto o vocabulario.
Panorámica (Aider Gran Canaria)
Todo el contorno de esta zona de La Culata está ligado a los afloramientos de agua, y en particular con la Mina de Tejeda que se construyó en el siglo XVI para llevar agua a la Ciudad.

Según los mayores de los barrios vecinos, eran famosos sus bailes de Taifas, que se celebraban en una cueva. Los asistentes al baile tenían que llevar consigo alguna botella de coñac, ron o anís, que era guardada en una caja de cedro, para brindar en algún momento.

La denominación «Baile de taifas» tiene su origen en que normalmente acudían más hombres que mujeres, y también en que el espacio era insuficiente y, para que todos pudieran bailar, se hacía por «tandas». Normalmente los tocadores utilizaban instrumentos de cuerdas como la guitarra, el laúd, la bandurria y algún acordeón. Había un mandador, que tenía la responsabilidad de ir dando los turnos a las tandas o taifas, concediendo entrada y salida a las diferentes tandas que concurrían en la fiesta.
Estanque cueva (Fedac)
En algunos sitios existía la costumbre de que las mujeres solteras se sentaran al lado de sus madres, y cuando al hombre le tocaba su taifa y quería bailar con alguna, se dirigía a la madre y le preguntaba: «¿Es usted gustante?». Si daba el sí, es que aprobaba el baile con su hija. 

Cuando se bailaba con una mujer «que gustaba» y se quería seguir bailando con ella, los muchachos daban con picardía unas pesetas al mandador, y cuando este tenía que dar paso a la siguiente taifa, decía: «Los mesmos con las mesmas» por lo que no se producía el cambio de tandas. En ocasiones, si el mandador se pasaba con estas prácticas, acababa mal parado y se producían las naturales quejas de los que esperaban.



Existe el topónimo de Risco Quío en Tejeda, al sur del barranco del Juncal y al norte de La Gambuesa y de la Mesa de la Tabla, fronteras septentrionales del Cortijo de Pajonales, y otro igual situado junto a Casa Ayala, en la rampa naciente del barranco de Tenoya.

Por la existencia de algunas cuevas con derrumbes naturales en este último lugar algunas fuentes  apuntan que el origen del topónimo se deba a una corrupción del epíteto del Risco Caído, quedando en Risco Quío. Si es así, en este de Cuasquías pudiera haber seguido el mismo el formato de la corrupción operada desde Cuevas Caídas del que resultó Cuas-Quías que acabo en Cuasquías.

Estas corrupciones en el lenguaje se adjudican al siglo XVI cuando fueron deportados de la isla de Tenerife a la isla de Gran Canaria "guanches" de la propia isla de Tenerife y de la isla de La Gomera no integrados, que mantenían sus costumbres, religión y lengua aborigen por lo que fueron denunciados.

Quien más información nos aporta sobre este pago y sus antiguos moradores los "colingos" es el recordado Pancho Guerra, texto que aún siendo extenso reproducimos en su totalidad por su interés: 



«COLINGO.- Nombre con que son conocidos los naturales de un pago troglodita llamado Cuevas Caídas -popularmente "Cuás Quías" y "Cuás Cáidas"-, enclavado en la fuga de un risco por los altos del pueblo de Tejeda, del centro de Gran Canaria. Se presume que sus elementales viviendas fueron morada de los primitivos canarios: unas cavernas abiertas en la roca, alguna de hasta tres cuerpos, frescas en verano, cariñosas en el regular invierno. A ellas pudieran haberse acogido, en algún viejo y desconocido momento de la historia de la isla, algunas parejas gitanas tiradas sobre aquellas riberas por las mareas de la vida, mareas que ayudarían sus errabundas tendencias como ayudan las de la langosta cuando se arrima en busca y espera de la pleamar, dejándose llevar luego a salga lo que saliere, con tal que verdee.


Las características raciales y éticas del colingo parecen abonar esta presunción.  Ellos son espigados, magros y moreno-cetrinos, de ojos y pelo negros, de expresiones muy marcadas y vivaces. Las hembras, en general bellas, andan con la misma voluptuosa pereza de sus presuntas ascendientes. El colingo se muestra espontánea y sencillamente altivo, no gusta de atarse a leyes ni a trabajos de larga duración, burlando las servidumbres habituales con recursos y malicias de pura esencia picaresca. Carecen de remilgos e intolerancias en cuestiones de moral social, cruzándose entre ellos sin aparato y sin entrecejos, al modo simple de sus vecinas de riscos, las palomas silvestres. En sus escasas bodas y en otras diversiones son animosos, jaraneros, bebedores largos y por parejo: lo mismo el hombre que la mujer beben en las convidadas de sus "taifas", sin que ellas hagan ascos al ron, por ejemplo. No son, sin embargo, tipos broncos ni suspicaces y de prontas navajas, como los de su supuesta casta, tal vez ahormados por la dulce temperie insular. Más bien caen en anchas y francas complacencias, con un sentido elementalmente sabio de las necesidades, las delhambre y las otras, también mandadas y del mismo apremio.

Con los colingos poco tiene que ver la guardia, como no sea para cosa de mozos que están en quintas y no aparecen. Se ganan la vida trabajando a salto de mata, o con el mismo brinco, pero sin sudar para un amo: cogiendo resina y tea en los pinares, cuando tienen gana, ayudando en ciertas recolecciones, como la de la almendra, y pidiendo -esto exclusivamente los hombres- por esos caminos, a los que se tiran ex profesamente desastradas -"el terno de piír", como ellos llaman-, dirigido maliciosamente a provocar la conmiseración. Si en este errar mendicante se viene a mano una gallina más o menos centrifugada, o un cabritillo sacado por sus retozos al terreno de la ocasión y el goloso instinto gitano que parece bullirles en la sangre, es casi seguro que el colingo salta, cobra pieza y sale luego ligerito, vereda adelante» (Obras Completas III, Léxico de Gran Canaria, 1977, Las Palmas de GC)».
  

Localización (Espacios Naturales Gran Canaria)

CUARTO, EL (INGENIO)

La denominación de este barrio urbano situado al Norte del barranquillo del Ingenio proviene de las Cuartas, que se refiere a las partes o fragmentaciones de terrenos. Según recoge el DRAE, es cada una de las suertes en que se divide una gran extensión de terreno para vender los pastos, aunque no sean cuatro en total.

El Cuarto (Google earth)
Este topónimo, con algunas pequeñas variables, existió también en otros municipios de la isla, como Firgas, Santa Brígida y Telde, y figura en distintos documentos. En Firgas, entre los bienes vinculados de Josefa del Castillo Olivares, en escritura de 23 de junio de 1876, había una «Trozada de tierra de “secano” denominada Las Cuartas». En Santa Brígida, Catalina de Quintana, en escritura de 2 de marzo de 1822, entre sus bienes tenía una «Hacienda con árboles y seis cuevas en Los Cuartos». 

En Telde, Pedro Ruiz de Vergara, en escritura de 23 de agosto de 1876, tenía entre sus bienes vinculados una «Trozada de terreno labradío con viviendas para el colono, establos, pequeño estanque y accesorios de labranza denominado Los Cuartones o El Roque, en Arnaos».

Localización (IDE Gran Canaria)

CUARTERÍA DEL UNO (AGÜIMES)

Este topónimo que da nombre a un pago situado al Norte del Polígono de Arinaga y al Sur de El Jable de la Montaña de Arinaga, tiene su origen en las «cuarterías» utilizadas para alojar temporalmente a las familias aparceras que se contrataban para la zafra del tomate. Pese a que este lugar continúa siendo zona tomatera, en la actualidad las cuarterías han desaparecido, y en el último censo la población es casi inexistente.

Aparceras 1911 (Kurt Hermann - Fedac)
Una cuartería es un grupo de pequeñas edificaciones destinadas a vivienda temporal, cuyas condiciones de habitabilidad y salubridad son precarias. Normalmente están dispuestas en línea, en torno a patios o huecos interiores, con formas cuadrangulares. En el portón central se ubican las pequeñas cocinas, separadas por pequeños tabiques.

A ambos lados del portón se hayan los cuartos, con unas dimensiones de quince a veinte metros cuadrados cada uno, y en los extremos se encuentran situados los baños: en un extremo, los destinados a los hombres; y en el otro extremo, los destinados a las mujeres. En las proximidades de los baños estaban las piletas para lavar la ropa.

Cuarterías 1968 (William Hirman J. - Fedac)
Las cuarterías estuvieron vinculadas en su origen a los cultivos de exportación de tomates en régimen de aparcería, que era un tipo de contrato agrícola en el que el dueño y el aparcero se reparten a porcentaje fijo los medios de producción agrícola y los beneficios. La expansión del cultivo del tomate en regadío en los antiguos secanos litorales de las islas y, sobre todo, en el sotavento de la isla, se realizó mediante una fórmula de aparcería denominada cultivo del tomate «a la parte».

Ha sido, sin duda, una de las relaciones de producción más estudiadas, debido a la conflictividad a que dio lugar en la segunda mitad de los años sesenta del pasado siglo, al ser considerada un sistema semifeudal.

Localización (Espacios Naturales Gran Canaria)

CRUZ DE PIEDRA (LAS PALMAS DE GC)

Este barrio urbano, en las proximidades del Castillo de San Francisco, tuvo con posterioridad su prolongación con el polígono del mismo nombre al haberse construido edificios de promoción pública entre Las Rehoyas y Miller Bajo. Ambos reciben su nombre de una antigua cruz ubicada en las proximidades de este lugar que constituía un punto de referencia a la entrada de la Ciudad, convirtiéndose en topónimo.

Toda esta amplia zona, que hoy ocupa tanto este barrio como los otros de Schamann, Escaleritas, Miller y Lomo Apolinario, fue conocida hasta principios del siglo XX como Las Rehoyas, denominación que es conservada en un pequeño sector del territorio, cuando las distintas urbanizaciones allí surgidas, tanto para uso residencial, en su mayoría de promoción pública, como comercial o industrial, fueron rebautizadas ante su menor tamaño para su mejor localización.

Cruz de Castrillo (crucesgc-blogspot)
Hay una antigua referencia documental, cuando Feliciana Perdomo, mujer del alférez Luis Castrillo Salgado, constituye una capellanía Colativa de Sangre el 31 de marzo de 1721, incluyendo una propiedad de dieciséis fanegas: «Cortijo de pan sembrar en las Rehoyas dividido en tres trozos, que denominan la “Cruz de Castrillo”, de San Lorenzo»

Utiliza, según se aprecia, un topónimo que se refiere a la Cruz, aunque lógicamente la reconoce con el apellido de su marido, Castrillo. Al ser una capellanía y establecer una pensión de misas en la ermita de Ntra. Sra. de los Reyes o de San José, la propiedad pasó a ser eclesiástica y posiblemente objeto de desamortización en el siglo XIX, pero cien años después, se perdería la vinculación con el fundador de la capellanía.

Según la información que facilita el blog Cruces de Gran Canaria, la Cruz de Piedra que primitivamente pudo haber sido de madera, era un punto de referencia en la linde del desaparecido municipio de San Lorenzo. Se situó en la divisoria del lomo, en la actualidad Lomo Apolinario, en la calle Cruz de Piedra, prolongación de la calle Carmen Quintana, en las proximidades del Castillo de San Francisco, siendo punto estratégico para el descanso de los cortejos y caminantes en su camino hacia la Ciudad.
Castillo de San Francisco (Patrimonio Histórico)
En el siglo XVIII no existía aún la entrada junto al Castillo de Mata, donde desemboca en la actualidad la antigua carretera general del norte, hoy uno de los accesos de la Ciudad Alta a la Baja, ya que todo eran fincas privadas y quedaban por «fuera de La Portada» y de la Muralla de Las Palmas.

Toda esta zona pertenecía a los bienes vinculados de Francisco Hernández de Quesada, que no fueron divididos hasta 1853. Las once fanegas y diez celemines comprendían «Cercado labradío con árboles y erial junto a la fortaleza de Mata, dividido en dos trozos por el Barranquillo de Las Rehoyas, un estanque, casas y establos».

Castillo de Mata en 1893 (Carl Norman - Fedac)
Aunque la fuente referida sostiene que diversas calamidades llevaron a situar una cruz de cantería en 1737, si se tratara de la documentada Cruz de Castrillo, sería la colocada por el Alférez, pues aunque no es legible la inscripción de su base, parece entenderse el año 1721, que coincide con la fundación de su capellanía.

Localización (Espacios Naturales Gran Canaria)


lunes, 14 de mayo de 2012

CRUZ DE LA ESQUINA, GRANERO (ARTENARA)

El Granero de la cultura aborigen se encuentra en un fuerte acantilado del extremo Sur de la Mesa de Acusa. En cuanto al topónimo es un claro localizador de su situación: en la esquina Sur de la Mesa y donde se cruzan los caminos entre la Acusa Verde y la Acusa Seca. Este granero o silo de cuevas naturales adaptadas y artificiales horadadas, está asociado al poblado troglodita del mismo nombre.

Como es habitual en la cultura defensiva aborigen, su accesibilidad es difícil y en la actualidad solo es posible el acceso al yacimiento a un buen escalador por la desaparición de los andenes y pasos por los derrumbamientos habidos en los siglos pasados.

Está excavado bajo un gran solapón natural de diecisiete metros de largo, orientado en dirección Sur- Sureste. El conjunto lo forman siete cuevas ó cámaras principales, conteniendo cada una de ellas en su interior uno o varios silos. En una de estas cuevas se encontró un sello pintadera triangular que se encuentra en el Museo Canario.

Risco del granero (Patrinet)

La primera cueva mide 3,90 metros de profundidad por 3,60 de ancho, con una altura máxima de 1,50. Tiene  orificios y ranuras de cierre perfectamente definidos. En ella se encontró numerosos fragmentos cerámicos, un fragmento de sello-pintadera triangular, un bruñidor lítico, numerosas astillas de tea y fragmentos de argamasa. Las paredes y techo tienen restos de argamasa y astillas de tea incrustados en orificios.

La segunda cueva es enteramente artificial y contiene dos pequeños silos, midiendo 4,60 metros, por 1,50 de ancho y 80 centíimeros de alto. Al igual que la anterior tiene orificios y ranuras de cierre.

La tercera cueva es un gran solapón natural, con desprendimientos en parte de su techo, y en su interior seis silos, en dos niveles y de distintas medidas, presentando de forma generalizada rellenos, restos de tea y restos de argamasa. Alguno de los silos se encuentra semidestruido por los desprendimientos.

Cueva de las Estrellas (Patrimonio Gran Canaria)
La cuarta cueva mide 6,60 metros de profundidad por 4,50 de ancho y 3,40 de alturam conteniendo varias cazoletas que se comunican por canalillos, lo que sugiere se destinaba a actos rituales relacionadas con el propio granero.

La quinta cueva es conocida como Cueva de La Estrellas, por la decoración pictórica por un punteado blanco sobre fondo negro en las paredes interiores de una de las cámaras, que inspiró ver el firmamento a quienes la bautizaron con este nombre.

Detalle Cueva de las Estrellas (emaro)
La sexta cueva es un silo de planta elíptica de 3,10 metros de profundidad por 1,60 ancho y 1,60 de altura, conservando argamasa con caparazones de lapas incrsutadas.

La séptima y última cueva es un silo de grandes proporciones, midiendo 7 metros de profiundidad por 1,60 de ancho y 1,60 m de altura máxima. Su interior está dividido por un muro de piedra seca y en una de las paredes hay un pequeño silo de 1,10 metros de alto por 1 de ancho, con las paredes y techos ahumados por el fuego, conteniendo bastante relleno.


Localización (Espacios Naturales Gran Canaria)

CRUZ, LA (FIRGAS)

Actualización 2015-03-19
La simbología católica utiliza la denominación de cruz para marcar un cruce de caminos, sendas o propiedades, costumbre que introdujeron los franciscanos desde los primeros tiempos. Llama la atención de forma particular en este topónimo, que en el siglo XVIII el lugar fuera conocido como "La Cruz de los Agustinos"; pudiera ser producto de alguna confusión histórica en cuanto a la orden religiosa, dado que la ancestral costumbre del marcado de los cruces de caminos es es los franciscanos como ya se ha dicho, y la primitiva ermita de san Roque de Firgas se debe a los dominicos. De los bienes expropiados al Convento Agustino de Las Palmas en el siglo XIX, la más cercana a este lugar se localiza en los Altabacales que fue arrendada por el Estado en 1862 y una suerte de 24 fanegadas en Trasmontaña (Arucas), con cuatro azadas de aguas del heredamiento de Arucas y Firgas que fue adjudicado su remate el 17 de octubre de 1840, de donde no puede atribuirse propiedades en el lugar salvo la más próxima antes mencionada.

Este barrio de Firgas fue en los años inmediatos a la Conquista cruce de caminos, todos ellos relacionados con el aprovechamiento del agua: el que lleva a Los Chorros, conocido como Camino de La Arena, el que lleva a Las Madres de Firgas, el que venía por Padilla, llamado Camino del Norao, y el que lleva al Lomo de San Pedro en Arucas conocido en la antigüedad como Camino de los Ingenios que constituía el lugar de Arriba de Arucas, donde se iniciaba la ruta de los ingenios azucareros.

Estanque regulador Heredad La Cumbre (Fedac)
 Posiblemente en tiempos remotos tuvo que haberse marcado con una cruz de madera, como se hacía entonces. Se menciona este camino de alguna forma en las Ordenanzas del Concejo de 1531 cuando regula de «la guarda de las sementeras y vegas sembradas», y, concretamente, el deambular con puercos por los caminos, cuando dice:

«Otrosy que los puercos no puedan andar en todo la defendido de estos mojones que aquí yrán declarados los quales vayan el primero desde (…) e al Barranco del agua a dar a la huerta de Nuestra Señora y el camino adelante a los sylos de Terore linde las tierras de Baeça que van por las cabecadas de Baeça a dar a la fuente de los Laureles y toda la dicha vereda hasta el camino que va de los engenos de Arucas a dar a la madera del barranco de Firgas que es en la montaña e coman en toda la montaña de Doramas…».

Localización (Espacios Naturales Gran Canaria)

CRUZ, CAMINO LA Y LA (ARUCAS)

Algunos historiadores sostienen que en el lugar que ocupa este barrio, en la ladera naciente de la Montaña de Arucas, fue enterrado el caudillo aborigen Doramas, muerto en la Batalla de Arucas, según cuentan los cronistas de la Conquista.

Estanque (Fedac)
Dice Agustín Millares Torres (Historia de la Gran Canaria, Tomo I, Las Palmas de GC, 1997) que estando herido de muerte Doramas «… Sabido del caso por Vera (Pedro de) y sus oficiales, se dispuso inmediatamente hacer alto y bautizarle, para cuya ceremonia, que él no podía comprender, llevaron agua de una fuente cercana en el casco de un soldado.

Quiso entonces ser su padrino el mismo General y darle su propio nombre, todo lo cual, verificado sin el menor obstáculo y recibida el agua santa, el héroe expiró. Abriéronle un sepulcro en aquella montaña de Arucas, testigo de sus triunfos y de su derrota, y, entre canarios y españoles, levantaron un cerco que rodease su fosa, señalándola a las futuras generaciones con una humilde cruz...».

Otras fuentes sostienen que fue enterrado en la Montaña de Doramas, y por ello en la ladera naciente de dicha Montaña en Moya se situó una cruz que conmemora tal efemérides donde se supone estuvo su tumba. Esta hipótesis parece poner mucha tierra de por medio con el lugar de la Batalla de Arucas, pues solo en la imposible línea recta hay 8,8 kilómetros.

Distancia con la Mª de Doramas (IDEE Instituto Geográfico Nacional)
El lugar de la batalla pudo haber sido alguno de los siguientes lomos: de Arucas, Espino o Lomo Grande junto a la Dehesa, pues el mismo historiador describe el lugar de la batalla como sigue: «A poca distancia de Arucas y en un llano que se extendía al pie de los últimos árboles, límite por aquella parte del famoso bosque de Doramas, se hallaba apostado este caudillo con la flor de sus guerreros, tan luego como supo la proyectada marcha del ejército español ». No parece oportuno considerar como lugar de la batalla Las Vegas de Arucas, pues en aquella época era prácticamente un humedal.

Los directores de esta edición de la historia de Millares, José A. Alemán y Pedro Schlueter, añaden las dos siguientes notas a pie de página:

(1) Dice así Abreu Galindo, autor a quien con preferencia seguimos: «Enterráronlo encima de las montañas los cristianos y algunos canarios que habian venido con él, que no lo habian querido dejar, y le hicieron un cercado en el mismo lugar donde esta enterrado y pusieron una cruz que está hoy allí ». Esto se escribía en 1632. ¿Sabemos hoy el sitio de ese sepulcro ilustre?
El Picacho (Patrinet)

(2) «Viera t. 2. p. 72. Castillo, al referir la muerte de Doramas, se expresa de este modo: "Fué esta victoria muy celebrada cr7 el Real, de que se dieron gracias á Dios por todos cri la iglesia de San. Anton, de que no juzgaron poderlo hacer, por el estrecho en que les pusieron los canarios, que aflojaron viendo caido a Doramas quien sintiendo las heridas, y cortado una pierna á Pedro de Hozcs (que fué cuando recibió la que le dio en el pecho Vera), le dijo: quien me ha muerto fue el traidor, que no me hirió sino por detras". Castillo, p. 123.

Esta noticia se halla tomada indudablemente de Sedeño que en sus apuntes manuscritos dice así, hablando de Doramas: "... y yéndose defendiendo, Pedro de Hozes le dio por detras una lanzada; el Doramas volvio y le dió al dicho una cuchillada que le cortó una pierna de que murió luego, y al volver, Pedro de Vera le dió una lanzada por el pecho; á esto dijo Doramas: no eres tú el que me ha matado...". Nosotros hemos seguido la versión menos oscura de Abreu Galindo que es también la que ha preferido Viera.

Lo que si está claro es que en este lugar de Arucas había una "cruz", como queda acreditado en la petición de tierras que hace Juan de Ariñez al Consejo General el 23 de febrero de 1551, cuando dice:

«... un pedaço de tierra de sequero que es en la comarca de Arucas en un valle que esta debaxo del camino Real que va a Arucas por baxo de la cruz que a por linderos el barranquillo del desaguadero de Arucas y es enfrente de un corral  que solia ser colmenar que dizen de Adan Azedo en mitad del dicho valle de un cabo e de otro en que podra aver doze hanegadas ...» (RONQUILLO, M. Y AZNAR VALLEJO, E.: Repartimientos de Gran Canaria, Las Palmas de GC, 1998).
Ortofoto del entorno (IDE Gran Canaria)
En la antigüedad se señalaban con una "cruz" los cruces de caminos por la costumbre impuesta por los franciscanos ermitaños, y como en este lugar no hay cruces de caminos, había que optar por la otra costumbre de señalar con ella el lugar de enterramiento o muerte de alguien importante, como lo es en Cruz de Pineda también en Arucas.

Otros investigadores sostienen que la antigua presencia de la cruz y el antiguo topónimo obedece precisamente a la conmemoración de dicha batalla en el lugar: «Aparte la fecha, ya estudiada, el paraje donde se dio la batalla de Arucas corresponde al topónimo tradicional "Llano de la Cruz", que no es como se ha dicho el sepulcro o enterramiento de Doramas, sino el lugar de esa pelea. Lo mismo que la "Cruz de Piedra", en La Laguna, y la Cruz del Pino de la Victoria", en Acentejo recuerdan las victorias de Alonso Fernández de Lugo en la conquista de Tenerife.

El desafío o duelo realizado por Doramas, y sus insultos a los combatientes españoles en tal ocasión, parecen detalles verídicos. Porque el desafio, terminado con la muerte del cordobés Juan Hoces (aunque uno lo llame Pedro y otros Juan o Diego), está consignado en todas las fuentes de distinta procedencia, y debe de ser un recuerdo' tradicional bien conservado.
(ÁLVAREZ DELGADO, J.: "Doramas: su verdadera historia", Anuario de Estudios Atlánticos, nº 16, 1970)

Localización (Google maps)