viernes, 6 de septiembre de 2013

BURGOS Y LAS MÁQUINAS (LAS PALMAS DE GC)

Actualización: 2013/09/08
Con el topónimo de Burgos se conoce una amplia zona rural situada sobre el cantil de la bahía del Rincón que se extendía en la antigüedad por las lomas situadas en los altos de las rampas de la banda septentrional del barranco de Tamaraceite, cauce que formando meandros termina por desaguar muy cerca del barrio de Guanarteme. Las lomas de la banda meridional fueron históricamente nombradas como lomos de Guanarteme, debido a la ubicación de distintos yacimientos aborígenes conocidos como Cuevas del Rey donde se considera tenía su residencia el llamado "guanarteme" del cantón aborigen de Tamaraceite.


Según veremos más adelante, parte las tierras más próximas al barrio de Guanarteme que eran conocidas con este topónimo de Burgos, en ocasiones asociado a algún accidente geográfico, fueron conocidas en los inicios del siglo XX con el topónimo de Las Máquinas.
Panorámica del lugar(Google earth)

El origen del topónimo de Burgos obedece a las tierras que le correspondieron en los primeros repartimientos de Pedro de Vera al conquistador Gonzalo de Burgos, concretamente una caballería de diez aranzadas en el valle de Tenoya: «Gonzalo de Burgos, Escribano, Conquistador, 15-6-1485. Del otro cabo de una risco que se face vera de la dicha caballería asia el camino que va de esta Villa al lugar de Arucas, se fizo a una caballería de tierra de 10 aranzadas, como va una albarrada de canarios con tres veguillas, que son vera del arroyo, así que llega por la parte de encima a la acequia y por debajo al arroyo y hasta la dicha albarrada, la cual dicha caballería se dio al dicho Gonzalo de Burgos, Escribano, Recutor» HERNANDEZ JIMÉNEZ, V.: "Aguas del barranco de Tenoya", Anuario de Estudios Atlánticos, nº 33,1987).


No se trata de un conquistador cualquiera de los tantos que se enrolaron dentro de las tropas que vinieron a la conquista para ganarse la vida. Se trata del burgalés y escribano Gonzalo de Burgos, «escrivano del Rey e de la Reyna nuestros Señores», de singular importancia dada su intervención en muchos protocolos sobre negocios, ventas de tierras y esclavos, y, apoderamientos, durante los primeros años de la Conquista. Concurre en este escribano que tuvo la inquietud por estudiar los topónimos bereberes y su similitud con otros aborígenes en las islas, que ha sido fuente de estudio de muchos filólogos e historiadores.


«Para el problema de las transcripciones canarias y la restitución de la forma indígena original, quiero señalar un término de comparación que estimo interesante y exacto. Nuestros escribanos y cronistas de los siglos XV y XVI se hallan, respecto del guanche, en una postura análoga a la del escribano de Gran Canaria Gonzalo de Burgos, que en 1499 redacta en Tagaos un documento [Cf. "Hespéria", 1935, pág. 75, donde lo estudiaron P. de Cenival y F. de la Chapelle], con topónimos africanos de etimología bereber segura y hoy reconocibles. Por la evidente semejanza de este paralelo (el guanche y el bereber son de estructura y tronco lingüístico análogo), comparando las transcripciones de Gonzalo de Burgos: Ifini, Auladamar, Eguguaz, Iste, Taganute, Taguynza, Itabuscat, Tagamarte, Caynzerte, etc., con sus correspondientes bereberes Ifni, Uled'Amar, Igiuaz, Icht, Tagmut, Tagenza, Ida-u-Buzia, Tighmert, Tinzert, etc., podemos establecer el cuarto término de la proporción: el correspondiente guanche de las transcripciones de los escribanos y cronistas contemporáneos y de la misma lengua que Gonzalo de Burgos.


Pero, además, manejando en este trabajo listas de nombres de diversas épocas y fuentes de distinta ortografía, convendrá hacer unas observaciones sobre la correspondencia gráfica y fónica del español en los pasados siglos en Canarias, que considero claras hasta para lectores no especializados en lingüística. Pueden verse ampliadas y justificadas en mis trabajos anteriores y en las obras generales de gramática y pronunciación españolas» (ÁLVAREZ DELGADO, J.: "Antropónimos de Canarias", Anuario de Estudios Atlánticos, nº 2, 1956).
Ortofoto del lugar de Burgos (Google earth)

Pero su gran notoriedad pública, su "fiel" conocimiento de dar fe del pago de cantidades que aún se adeudaban a peones que habían sido conquistadores de Gran Canaria, de los muchos negocios y transacciones, su vinculación profesional a arribados comerciantes "portugueses" y "genoveses", o su propio nombramiento Real, debieron volverse en su contra cuando fue denunciado ante el famoso Tribunal de la Inquisición, probablemente debido a la "envidiosa inquina" por su propio status social.



Años atrás ya había sido denunciado por su cercanía a los "judíos portugueses": «Una prueba de que, además, no faltaban entre ellos los portugueses puede verla quien examine las denuncias presentadas por estos mismos años de 1492-1494 contra Gonzalo de Burgos, escribano mayor del Cabildo de Gran Canaria. Se refieren casi todas a los ocultos conciliábulos y extrañas prácticas que, sintiendo renacer en su espíritu las inquietudes mosaicas de sus antepasados los Levi y Maluenda burgaleses, celebraba en Las Palmas con judíos lusitanos recién llegados como colonos» (PÉREZ VIDAL, J.: "Aportación portuguesa a la población de canarias. Datos para su estudio", Anuario de Estudios Atlánticos, nº 14,1968).



Después, dos años antes de su fallecimiento, lo sería por estar de parte del comerciante genovés Jacome Riverol, frente a Francisco Fernández de Arévalo, escribano de Gran Canaria y procurador de los conquistadores en relación con tierras por recibir en pago de sueldos de conquista.


«... está probado que Gonzalo de Burgos, acusado de judaizante, murió ahogado en la bahía de Cádiz, en septiembre de 1502, cuando iba conducido a Sevilla a responder ante la Inquisición, en el mismo buque en que hacía viaje el entonces gobernador de Gran Canaria Antonio de Torres, continuo de los Reyes, que precisamente llevaba la pesquisa ...» (LEOPOLDO DE LA ROSA OLIVERA, L.: "Linaje y descendencia de D. Antonio de Vera Muxica, refundador de Santa Fe en el Río de la Plata", Anuario de Estudios Atlánticos, nº 9, 1963).



Consecuencia de su fin y condición inquisitorial, sería anulado el repartimiento por el Reformador, pero su antropónimo era ya una referencia documental en todos las escrituras de propiedad de lugar y colindantes, y así han llegado hasta nuestros días.




El canónigo de la Catedral Cristóbal Abreu, en su testamento de 20 de julio de 1771, incluye entre su patrimonio vinculado 77 fanegadas el «Cortijo de tierras labradías y de pastos, en Guanarteme, con cargo de 90, 45 y 93 reales vellón de rédito al Convento de Sta. Clara, San Idelfonso y al Hospital de San Martín», nombrando sucesores a Sebastián Rodríguez Barrera si se ordenaban, y si así no fueran, sus hermanos todos hijos de Anselmo Rodríguez. El 14 de julio de 1855 se efectúa la redención de los censos (SUÁREZ GRIMÓN, V.J.: La propiedad pública, vinculada y eclesiástica en Gran Canaria, en la crisis del antiguo régimen, Las Palmas de GC, 1987).


Para no incurrir en las Leyes de Desamortización, los poseedores propiciarían la división del vínculo de bienes y posterior venta del cortijo, circunstancias que concurren en esos tiempos en las grandes propiedades. Nos da una pista el curioso anuncio que publica el periódico local El País el día 5 de junio de 1863, que dice: «PÉRDIDA. Se suplica, á la persona que tuviera en su poder las Escrituras de la compra del Cortijo de Guanarteme que fué de D. Francisco G. Borrero, las cuales fueron tomadas de la casa de la testamentaría por D. Graciliano Borrero, en el tiempo de su enfermedad, se sirva entregarlas en la Plaza de S. Bernardo casa núm. 11».


Excursión automovilística por la Carretera de Chile en 1920 (Fedac)
Con posterioridad este cortijo que ocupa la parte de estas tierras de Burgos más próximas a Guanarteme, es propiedad de Marcial Melián Sánchez, algo reducido pues ahora tiene algo más de cincuenta y nueve fanegadas, que se extienden desde el barranco de la Ballena hasta el barranco de Tamaraceite, dividido en dos trozos uno llamado "Cortijo de Guanarteme" y otro "Burgos".

El mencionado propietario es uno de los promotores de a primera compañía de transportes de la isla: «El 12 de enero de 1865 formó junto con don Marcial Melián Sánchez y don Manuel González Castellano una compañía mercantil regular colectiva bajo la razón social de "Melián y C.I.A.". Dos años más tarde, el 26 de septiembre de 1867, la citada compañía queda disuelta y se refunde en otra denominada "González y C.I.A.", constituida por Matos Moreno y González Castellano». (SUÁREZ GRIMÓN, V.J.: La propiedad pública, vinculada y eclesiástica en Gran Canaria, en la crisis del antiguo régimen, Las Palmas de GC, 1987).


Muy mal le fue a Marcial Melián su experiencia mercantil en el transporte público tirado a caballos. Era difícil desarrollar con rentabilidad una actividad cuando las carreteras están por llegar y otros ya han fracasaso también: «La primera empresa no hizo sino romper el fuego, vivir dos meses la aventura del transporte y desaparecer dejando, eso sí, la huella indeleble de las llantas de sus coches sobre nuestros caminos; otra tomó las riendas, se hizo cargo de los viajeros y continuó flotando en el aire la nube de polvo que el trotecillo de las bestias levantaba. La partida de defunción está concebida en estos términos: "Ha cesado en SLIS viajes de la ciudad de Telde a la de Las Palmas y viceversa, la compañía que primeramente se organizó con este objeto, por haber enajenado sus coches y bestias a la de Diligencias últimamente formada....". Don Nicolás Massieu aparece como dueño de la flota de diligencias denominada La Primera, que continuó transportando pasajeros por la carretera del Sur» (ALZOLA, J.M.: La rueda en Gran Canaria, Las Palmas de GC, 1968).


El juzgado promueve el concurso de sus acreedores y anuncia la subasta pública de su gran propiedad, cuya descripción es una clara identificación del lugar que ocupa y de su gran extensión: «Un Cortijo de tierras labradías y arrifes, denominado "Guanarteme",  término municipal de San Lorenzo, dividido en dos trozos: el primero llamado "Guanarteme" linda por el Naciente con el Barranco de "La Ballena" y el segundo trozo de dicha finca objeto de tercería interpuesta por don José Franchy del Castillo, al Poniente con Barranco de Tamaraceite, al Norte con la orilla del mar y el referido segundo trozo, y por el Sur Cordillera que lo divide de terrenos de herederos de don Sebastián Pérez y el primer trozo igualmente objeto de tercería por parte también de don José Franchy.



El segundo trozo denominado Burgos linda por el Naciente con orilla del mar, al Poniente cordillera quo lo separa de terrenos de los herederos de don Joaquín Apolinario, al Norte tierras de don Juan González y por el Sur el filo del risco, llamado la Encrucijada, que lo divide de los expresados terrenos de herederos de don Joaquín Apolinario.



Tiene como accesorios dicho cortijo, un estanque para recoger aguas donde llaman la Hoya de la Gallina, situada en el propio término municipal de San Lorenzo, lindando al Naciente con tierras de herederos de don Antonio Jacinto Falcón, Poniente de don Francisco Anselmo, al Norte de herederos de don Joaquín Apolinario, y al Sur con otro estanque de don Sebastián Pérez; y además una casa-habitación, un pozo inmediato á ella, unas cuadras, dos estanques frente á la misma, otros dos en la ladera de la finca, unos secaderos, unos salones y estufas, otras casas en el Tabaibalillo, y un día de agua para su riego por el heredamiento del Dragonal» (BOLETÍN OFICIAL DE CANARIAS, 10-nov-1886). La Hoya de la Gallina se localiza donde hoy se conoce por Las Torres Altas.


Sombreado en rojo, extensión Cortijo de Guanarteme y los topónimos mencionados
(sobre mapa del IDE Gran Canaria)

Parte de lugar de Burgos, el más inmediato al barrio de Guanarteme en el cauce bajo del barranco de Tamaraceite por donde desagua, empieza después a conocerse con el topónimo de Las Máquinas. Entendemos que este topónimo surge por la construcción e instalación en el lugar de los tomaderos de agua de la Compañía Guanarteme, que suministraba agua a los servicios del Puerto de la Luz, posiblemente a través de su venta a la compañía Grand Canary Coaling -estiba del carbón- que se ocupaba además del suministro de agua y víveres a los barcos:



«También la aguada y el aprovisionamiento de víveres eran servicios fundamentales para el tránsito de buques. Ya hemos comentado la mejora que supuso para el puerto las obras de conducción y depósito de agua. En un principio sus servicios se realizaban a base de aljibes flotantes que generalmente surtían los buques con rapidez y eficacia. Era la época de Luz Reina, Maria Reina y Luisa, tres aljibes que en 1887 disponían de una capacidad conjunta de "130 pipas de agua potable de excelente calidad" y, por entonces, a razón de 2,75 pesetas la pipa de agua puesta a bordo (unos 450 litros) (15). En la primera década del siglo XX el servicio aparece considerablemente ampliado con una compañía general regentada por la Grand Canary Coaling, y de la que formaban parte, además de ella, Miller, Blandy Brothers, Salvador Cuyás, José Torréns y Francisco Gonçalves» (QUINTANA NAVARRO, F.: "La Luz, estación carbonera y despegue portuario. 1883-1913", Revista Aguayro, nº 146, 1983).

 
Fotografía de 1920 (Fedac)
Eran los primeros años del siglo XX, cuando más se agudizaba la insuficiencia del agua que aportaba la Fuente de Morales a la Ciudad, que obligó a concentrar su flujo en el abasto a la población, y tuvieron que buscarse otras alternativas aunque fueran de inferior calidad:


La suministrada por los tomaderos del agua de los propietarios de los «pozos y estanques de la Compañía Guanarteme que surte malamente a todo el puerto y en gran parte a los vapores con un agua detestable; hasta tal punto que ya los vapores no la quieren, porque a los pocos días tienen que arrojarla al mar por hallarla corrompida, pero que les da a ganar muchísimo dinero; y el trust de los aljibes, que han liquidado este año último  a repartir entre unos cuantos 60.000 duros» (Carta del alcalde Felipe Massieu a Leopoldo Matos de 21 de enero de 1912, citada por GALVÁN GONZÁLEZ, E.: "El Servicio de Abastecimiento de agua potable a Las Palmas de Gran Canaria: Implicaciones políticas derivadas de su concesión a una compañía inglesa", Boletín Millares Carló, nº 14, 1995).



Científicamente se ha documentado que en la desembocadura del barranco de Tamaraceite, cercano al lugar donde encontramos el topónimo de Las Máquinas, se han detectado depósitos subacuáticos que tienen su origen en la profundidad del fondo marino donde acaban las coladas volcánicas, extrayéndose aguas salobres en el subsuelo por la filtración marina, motivo que añadido a la complejidad de la distribución en aquellos tiempos comportarían aguas de muy mala calidad para las aguadas de los buques, que tradicionalmente las demandan de alta calidad por la duración de la travesía hasta la próxima aguada en el siguiente puerto de arribada. Pero el entramado de "máquinas" en el barranco de Guanarteme, no sólo desaparecería por la escasa calidad de su agua, pues fue la llegada de la City la que terminaría de rematar aquel gran negocio local.



Cartografía de 1960 (Cartoteca IDE Gran Canaria)
Ya en 1913, tras la adjudicación de la concesión del agua de abasto de Las Palmas de G.C. a la compañía inglesa conocida como la City, se favorecía a uno de los bandos del "leonino" Partido Liberal Canario donde confluían los genuinos caciques burgueses de la isla que había logrado juntar Fernando de León y Castillo, dejaba fuera la otra oferta presentada por la sociedad Fomento de Gran Canaria.


Ante tal circunstancia de competencia entre correligionarios influyentes, los británicos jugaron su baza y realizaron una ampliación de capital de la City para dar cabida en ella a los accionistas de la sociedad grancanaria Fomento de Gran Canaria, con lo que alcanzaron cierta paz entre los correligionarios del Partido Liberal Canario. Ello le permitiría a la City encubrir la exigencia de los metros cúbicos de agua que precisaba la Ciudad con la compra a buen precio de agua de distintos heredamientos en el centro de la isla, ocultando «... todo lo tocante a Satautejo y la Higuera, Heredad presidida por José Mesa y López, abogado y consejero de la compañía anglocanaria ...» ( MILLARES CANTERO, A.: "Sobre el papel de las Compañías Canary Islands: Unión, Coppa, City, Selp, Cicer, Unelco y Tranvias", Revista Aguayro, nº 99, 1978),  y líder indiscutible del Partido Liberal Canario.


Ello va a permitir que la City inicie el abastecimiento de los buques que arribaban al Puerto de La Luz, a precio superior al que le reporta la venta al municipio, y de mejor calidad a la que ofrecía la que venía suministrando la compañía de Guanarteme desde sus tomadores del barranco de Tamaraceite, donde se instalaron instalaron estaciones de bombeo que fueron conocidas por los lugareños como Las Máquinas, y que poco después desaparecerían dejando el topónimo.

Localización (Espacios Naturales de Gran Canaria)

miércoles, 4 de septiembre de 2013

FUENTE DE MORALES (LAS PALMAS DE GC)

Topónimo con el que se conoce el lugar situado en el inicio del cauce bajo del barranco de Guiniguada, al norte de la Urbanización El Zurbarán y de la Finca del Coronel, donde se localiza en la actualidad un Aula de la Naturaleza del Ayuntamiento capitalino cuyo principal  unidad didáctica trata del histórico  abastecimiento de agua a la Ciudad.
Vista del lugar (acramelo)

La misma fundación de la Ciudad junto al barranco Guiniguada venía determinada por la necesidad de disponer de agua potable en el lugar, que terminada la conquista de la isla comportaría que el Cabildo General o ayuntamiento único de la isla demandara la concesión de la data real de las aguas de los nacientes de Tejeda, y para su trasvase al naciente de la Cumbre fue necesario la construcción de la galería subterránea conocida como Mina de Tejeda en 1501, y de la que hemos dado amplia información en su entrada particular a este Blog.
Fotografía de 1910 (Fedac)

Los notables aportes de agua de excelente calidad que a la Ciudad llegaban por el trasvase de la Mina de Tejeda, a través del cauce del barranco de la Mina una de las cabeceras que tributaban sus aguas al barranco de Guiniguada, bien por el propio cauce o por tarjeas, acequias de barro y piedras, fueron muy apreciadas y suficientes en los dos primeros siglos tras la conquista (XVI y XVII).

No obstante, con el paso de los dos siglos se había producido un claro deterioro en su calidad a su llegada a los depósitos y fuentes públicas, consecuencia de los progresivos asentamientos y aprovechamientos a lo largo de los casi cincuenta kilómetros que le separan de la Ciudad en su recorrido.
Decantadora de aguas (1910 Fedac)

«El agua, por su camino, recibía todo tipo de inmundicias; servía de abrevadero al ganado, de lavadero público, recibía las lluvias en invierno, y cuando éstas eran copiosas y se producían avenidas, el fango las convertía en cenagosas e inadecuadas para el consumo humano.


Estas condiciones higiénicas obligaron a que se abandona la Mina de Tejeda como punto de aprovisionamiento para construir, por primera vez a finales del Setecientos, un acueducto cubierto que condujera las aguas de un manantial mucho más cercano, situado a unos 6 kilómetros aguas arriba del barranco de Guiniguada, conocido como fuente de los Morales» (GALVÁN GONZÁLEZ, E.: "El Servicio de Abastecimiento de agua potable a Las Palmas de Gran Canaria: Implicaciones políticas derivadas de su concesión a una compañía inglesa", Boletín Millares Carló, nº 14, 1995).
Cauce del barranco en el lugar (Rafael Peñate Navarro)

La Fuente de Morales, no es Fuente de los Morales según distintos autores dado que no obedece realmente a los primeros propietarios de dicho manantial. Nos despeja tal duda la información sobre las gestiones del canónigo Luis de Morales que a finales del siglo XVI se relaciona con los temas del agua de la Ciudad, cual es el acta del Cabildo Catedralicio del 24 julio de 1581 [597], que bajo la Nota marginal: Remanente del pilar de la plaza dice:


Detalle (Ayto. Las Palmas de GC)
«Vista en este cabildo la propuesta del señor canónigo Morales sobre el remanente del agua de la fuente de del pilar de la plaza, que es de esta Iglesia, la cual pide para el Hospital como prioste de él, y que hará escritura en nombre del mismo hospital, que la tiene en depósito, y la volverá cada y cuando que la Iglesia la pidiere, o la que hubiere menester, se consultó con los letrados y se acordó se diese el dicho remanente del agua al Hospital como lo ha pedido el señor letrado Morales, haciéndose escritura de ello conforme al parecer de los señores letrados del Cabildo, que son el Dr. Lercaro y el licenciado Joseph de Armas, para que se ordene de manera que la Iglesia tenga su agua segura y cierta para cuando la quisiere, y el dicho hospital la tenga en depósito como dicho es » (VIERA Y CLAVIJO, J.: Extracto de las Actas del Cabildo de la Catedral de Canarias. 1514-1791, Las Palmas de G.C., 2007).


Pero más convincente del origen de su denominación es el acta del Cabildo Catedralicio del 19 de noviembre de 1629 [1189], que bajo la Nota marginal: Agua de Morales dice:


«Que dos señores respondan al recado de la ciudad Agua sobre el agua de Morales, que su propuesta era muy loable, pero que el Cabildo no se hallaba por entonces con proporción para a contribuir a ella, por los donativos y limosnas que había hecho, como era notorio».
Decantadora (Fedac)

Y nos confirma el origen del topónimo la también acta del Cabildo Catedralicio del 11 de diciembre de 1673 [1884], que bajo la marginal: Contradicción para el agua de Morales dice:


«Habiendo el Cabildo acordado votar como materia de gobierno el contribuir para la conducción de dichas aguas o las de las Fuentes de Morales, hubo cuatro señores que contradijeron fuertemente, hicieron ver la poca necesidad de dicha conducción y protestaron, etc. Se volvió a llamar a cabildo».


Y cinco días después, el acta del 16 de diciembre [1885], bajo la marginal: Se acuerdan 300 ducados dice:

«Hoy adhirieron cinco capitulares más a los cuatro que contradijeron y que protestaron en el cabildo 300 anterior el contribuir para traer las aguas de Los Chorros o de Morales, etc. El Cabildo acordó dar 300 ducados. Los contradicentes apelaron».
Galería (Fedac)

Ya a finales del siglo XVIII tenemos el acta del Cabildo Catedralicio del 25 de octubre de 1785 [3298], que bajo la marginal: Oferta para traer el agua de Morales dice:


«Se ofrecen mil pesos de la bolsa de pleitos al señor corregidor D. Joseph Eguiluz para después de traídas a esta ciudad las aguas limpias y saludables que medita, etc.».


Con aportaciones económicas como ésta se realizaban las obras mínimas para que la traída del agua a la Ciudad cumpliera las mínimas condiciones de salubridad y cantidad, pero no eran todavía las deseadas resultando escasas para la población, y a principios del siglo XIX se retoman los nuevos proyectos a tal fin desde el Cabildo Catedralicio:
Acequia (Fedac)

«... 10 de mayo de 1816 (...). 11381. Idem. Habiendo manifestado el señor regente de esta real audiencia lo necesario que era la personalidad de don Agustín José Betancur para dirigir e inspeccionar la obra que, a expensas del ilustrísimo señor obispo nuestro prelado, se está haciendo para traer a esta ciudad el agua de la fuente de Morales, lo hacía presente al cabildo para que si lo tenía a bien le concediese la licencia que tuviere por conveniente, se acordó que en consideración a la atención que se debe tener a esta solicitud hecha por dicho señor regente, a la grande utilidad y beneficio que se sigue a todo este pueblo con la traída de dicha agua, el que se interesa que esto se verifique a la mayor brevedad, a lo que indudablemente contribuirá la conocida y experimentada actividad del citado Betancour, desde luego se deja a discreción del señor deán el que le conceda toda la licencia que halle por conveniente» (DE LA TORRE,  L. Y DÍAZ RAMOS, R.: "Documentos sobre la música en la Catedral de Las Palmas (1811-1820)", El Museo Canario, nº 63, 2008).
Tomadero de agua (Fedac)

Veinte años después, es cuando la administración pública toma la primera iniciativa para resolver el problema del abastecimiento del agua a la Ciudad promoviendo la construcción de un nuevo acueducto cubierto:


«Por último, trabajó León y Falcón en otro asunto relativo a aguas de Canarias en los años 1834 y 1835. En la Biblioteca Municipal de Santa Cruz de Tenerife existe una Carpeta, la número 26, que comprende diversos "Oficios sobre Aguas". Entre los Ayuntamientos que allí aparecen está el de Las Palmas. Se trata de los expedientes que mandó formar el Gobierno Civil de Canarias -como para todo el Archipiélago- sobre los manantiales que hubiera en la jurisdicción de la ciudad de Las Palmas. Se inicia con un oficio del Gobierno Civil al Ayuntamiento de 4 de junio de 1834 y una primera contestación de éste de 7 de agosto siguiente.
Campana (Fedac)

Por el Gobierno Civil se nombró una Comisión, formada por el "Coronel D. Francisco María de León, Subdelegado Interino del Gobierno Civil de aquella Isla; por el Licenciado D. Antonio Ruiz de Bustamante, por el Licenciado D. Domingo Penichet [y Fuentes], como Personero del Ayuntamiento de Las Palmas, y por el Conde de la Vega Grande". 

Informan sobre la extensión de terrenos que podrán regarse con las aguas de la Fuente de Morales, que el Ayuntamiento había dicho ser de tres a cinco fanegadas diarias y que la composición del acueducto que lleva las aguas al barrio de San Roque ascenderá a 11.000 reales; y que si se lleva al arca, de donde se reparta a toda los pilares de la ciudad, ascenderá a 30.000 reales. La Comisión la nombró Marrón el 26 de octubre de 1834.
Estanque (Fedac)

Quedó instalada el 27, según comunicó León y Falcón el 29. El 2 de julio del siguiente año -1835- informa León de las mociones presentadas por los vocales Conde de la Vega Grande y Licenciado Penichet, como únicos medios de poderse llevar a efecto el referido proyecto» (GUIMERÁ PERAZA, M.: "Don Francisco María de León (1799-1871). Su tiempo. Sus obras", Anuario de Estudios Atlánticos, nº 8, 1962).


Está documentado por los archivos del Cabildo Catedralicio que la llamada fuente de Morales, concretamente lo que llamaban "el pilar de la plaza" fue renovado e inaugurado en febrero de 1838. Igualmente es conocido que el propio Ayuntamiento de la Ciudad en 1844, emulaba la actuación del Cabildo Catedralicio, y dada la escasez de recursos económicos demoraba la terminación de las nuevas Casas Consistoriales, para priorizar e impulsar obras con mayor interés social como lo eran la fuente de Morales y la plaza de Mercado.
Pilares de Santa Domingo y Espíritu Santo (1895 Charles Nanson y 1905 Jordao da Luz Perestelo - Fedac)

Años después se reactivaba la economía insular superando la hambruna por la ausencia de cereales de finales de la primera mitad del XIX y la Ciudad se reinventaba de forma acelerada, cuestión que motiva la congratulación del Obispado:


«Por una carta pastoral de 28 de diciembre de 1853 vemos el resurgir económico-social de esta ciudad, a la que tantas calamidades habían despojado de toda esperanza. "Nos complacemos, amados diocesanos -dice el Obispo Codina-, en ver las mejoras que cada día va recibiendo la Capital y toda la Isla de Gran Canaria.

 Se están construyendo nuevos buques para dar una mayor extensión al comercio; se habilita el muelle [de Las Palmas]; se abre una carretera [la del Puerto]; por celo y actividad del M.I. Ayuntamiento va a concluirse en breve el hermoso edificio de las Casas Consistoriales, los establecimientos benéficos se ensancharán para albergar a los pobres, que todavía no están como desea esa M.I. Corporación; por su celo, las aguas de la Fuente de Morales, que cien años han dejado de correr en esta ciudad, ahora llenan los depósitos públicos y particulares, proveyendo las necesidades de todos los vecinos. ...» (SÁNCHEZ FALCÓN, E.: "Evolución demográfica de Las Palmas", Anuario de Estudios Atlánticos, nº 10, 1964).
Pilar de San Bernardo (1895 Luis Ojeda Pérez - Fedac)

Era el entonces arquitecto municipal José A. López Echegarreta quien proyectaba el nuevo acueducto para traer las aguas del abasto público de la Fuente de Morales (TARQUIS RODRÍGUEZ, P.: "Diccionario de arquitectos, alarifes y canteros", Anuario de Estudios Atlánticos, nº 13, 1967).


A su fallecimiento, el proyecto de acueducto es tomado con nuevos bríos por el ingeniero Juan de León y Castillo, desde su personal perspectiva conociendo que el partido de su hermano que regía la Ciudad ya debatía sumar a las insuficientes aguas de la Fuente de Morales las de otras nacientes situados en Camaretas, en los nacientes de poniente de los también tributarios del barranco de Guiniguada.


«El problema del agua de abasto en la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria es un tema recurrente, que, periódicamente, salta a las páginas de la prensa, de antes y de ahora. En efecto, el consumo del preciado líquido ha dibujado una línea ascendente que lejos de aminorar presenta visos de seguir creciendo, en semejante forma a la de la energía eléctrica, pese a sus diferencias.
Pilar de San Francisco (1890 - Fedac)

Por otro lado, una de las labores históricas de la ingeniería ha sido, justamente, dotar a población y a la agricultura o la industria de una mínima capacidad hidráulica. Desde el sabio Arquímedes hasta los inventores del sistema de canales y acequias, implantado por la Francia dieciochesca, todos han pretendido resolver una urgente demanda. 

León y Castillo hace honor a la historia de su disciplina cuando redacta y publica Abastecimiento de aguas de Las Palmas. Bases generales y anteproyecto de acueducto de la Fuente de Morales (1900, 27 pp. y dos planos)'', uno de los pocos libros que editó en solitario. Lo curioso del caso, amén de otras consideraciones, está depositado en la previsión tomada por el ingeniero con respecto a la evolución de una realidad que, en absoluto, es antojadiza.
Pilar Plaza de La Feria (1900 - Fedac)

Sabía, como perfecto conocedor de los servicios municipales, que la capital urgía de una planificación de abastos, aunque sólo fuera por no perder la paridad en la carrera con el boom demográfico. La parvedad en el acondicionamiento y mejora del medio urbano aconsejaba, por lo menos, avanzar unas ideas para sostener un núcleo de población en unos niveles aceptables de modernidad.


Del proyecto en sí, destaca la minuciosa delineación -con la equilibrada instalación de 12 casillas de bombeo-, el claro objetivo y la búsqueda sincera de una solución. El futuro le habría de dar no una, sino muchas razones: el reformismo municipal de la década acometerá esta asignatura pendiente, con la proliferación de controles sanitarios, higiénicos, etcétera. No obstante obtener una tibia competencia en el resultado final, importa resaltar que León y Castillo avizoró, a años vista, una problemática acuciante para Las Palmas de Gran Canaria» (MARTÍN DEL CASTILLO, J.F.: "Juan de León y Castillo, planos para una historia iconográfica de la ingeniería canaria", El Museo Canario, nº 58, 2003).
 
Pilar Nuevo (Luis Ojeda Pérez 1890 - Fedac)

Cuando el ayuntamiento saca a concurso la traída del agua de los nuevos nacientes, se debate la concesión por concurso entre la insularista y local sociedad "Fomento de Gran Canaria", con accionariado burgués grancanario, y una compañía inglesa representada también por otros burgueses grancanarios.

Se contraponen los intereses de los componentes del partido "leonino" de los León y Castillo, bandera de muchos intereses económicos, que terminará por producir escisiones en el mismo de las familias de "agustinos" y "franciscanos" tras la adjudicación de la concesión a los ingleses, que llevará a un segundo plano la histórica Fuente de Morales y dará origen al topónimo del Lomo de los Ingleses, del que hemos dado amplia información en su entrada particular a este Blog.

Acueducto o canal de acequia cubierta (1910 - Fedac)


La antigua Fuente Morales comportó con toda su historia y devenir la construcción de una amplio sistema de abastecimiento de agua potable a la población de la Ciudad, con galerías, acequias y otras canalizaciones cubiertas, campanas, decantadoras, depósitos reguladores, aljibes y pilares públicos donde llenaban sus tallas los vecinos de economías domésticas más modestas.


A lo largo de seis siglos de historia del abastecimiento de agua potable a la Ciudad, quizás fuera aquel gesto del canónigo Luis de Morales el más desinteresado y el más limpio, desde aquella primera privatización de las aguas para la construcción de la Mina de Tejeda, pasando por la realizada a la compañía inglesa, su rescate público avanzada la segunda mitad del siglo XX, la posterior privatización de la compañía municipal del agua a los franceses que triangulan los costes del agua para repetirlos recrecidos al vecino consumidor, pasando por los más recientes desaconsejados módulos de desalación, que serán desmontados por inapropiados sin haber entrado en servicio.
Aula de la Naturaleza (Ayuntamiento LPGC)


Han sido seis siglos de historia del agua que aunque llegara aparentemente limpia, detrás de la misma han estado los turbios negocios de los siempre presentes "salvadores del país", bajo el argumento de que sin la privatización es imposible afrontar la inversión pública de interés social; al final la historia demuestra y acredita que es la propia inversión pública que nace en todos los que contribuimos a ella, la que tiene que rescatar a un multiplicado precio aquello que nunca debió permitirse ser objeto de negocio por su indiscutible interés social.  

Localización (IDE Gran Canaria)